Las exigencias de una sociedad que camina más a prisa, aunado a la lucha por ocupar un mejor espacio dentro de la dinámica social, hace que cada persona realice un esfuerzo en ocasiones desmedido para lograr un balance ideal en su existencia, vulnerando así la posibilidad de un estado de vida saludable.
Desde antes que suene la alarma para despertar y con la gracia de unos minutos para despejar la mente, como punto de partida que impulse el esfuerzo a levantarse, ya la parte consciente cerebral va en marcha a la rutina o con suerte a una jornada sorpresiva, llena de aventura, sin embargo a la par el cuerpo ávido de adrenalina se deja llevar por el vaivén de la agenda diaria, sin posibilidades de ajustes para darse un momento de tranquilidad.
Un café cargado, algo de música o el noticiero matutino y hasta desayuno nada balanceado, sin olvidar la consulta desesperada de las redes sociales personales, es con lo que muchas mujeres y hombres inician cada mañana, todo a la carrera, con desesperanza y congoja en el rostro, pues el tiempo parece nunca ser suficiente y las horas no se alargan.
Dicho escenario es apenas una parte de las múltiples realidades individuales en cualquier parte del mundo, todo un desgaste físico, emocional y hasta intelectual, solo por ir tras los recursos económicos que faciliten alcanzar o conservar un estilo, un modo de ser y vivir.
Al caer la tarde o noche, ya cuando se regresa al rol habitual fuera del trabajo, la energía va en descenso, de manera acelerada, pero si se revisa hacia atrás, podría verse un descontrol en cuanto a todo lo que se consumió en exceso, las fallas, los aciertos, la ausencia del descanso, el estrés acumulado y el impacto negativo en la salud, como el sobrepeso y la obesidad.
Si tan solo aprendiéramos y aceptáramos organizar cada momento, entonces se tendría la posibilidad de forjar un equilibrio positivo a nuestro favor, lo que daría al tiempo el obtener, conquistar o recuperar espacios de calidad para alimentarse, nutrirse, entretenerse y divertirse, de tal manera que todo aquello por hacer, sea mucho más placentero.
Se trata además de considerar el cambio de hábitos, incluir más palabras que estimulen la sonrisa, alejarse de aquello que apaguen la luz de la alegría; incluir deliciosas experiencias que no solo agraden al paladar, sino que nutran al cuerpo y con ello se derive en un verdadero bienestar.
A todo lo anterior habrá que ponerle una buena carga de actividad física por gusto, hacer ejercicio en casa, el gimnasio, el parque o la playa, en donde sea mejor y se tenga al alcance, que haga sentirse con vigor y fuerza para continuar con ahínco el resto de la semana, sin remordimientos, ni rencores.
Algo más que importante, que supera cualquier cosa y que puede ayudar a dibujar un gesto de felicidad, son la convivencia humana, los pequeños éxitos diarios, el estudio, las artes, la solidaridad, el altruismo y muy en particular, por encima del todo, el amor, amar y ser amada como persona para alcanzar así una espléndida vida saludable, más cuando ya se tiene una alteración en el peso como resultado del sedentarismo, la inactividad y la ingesta de productos chatarra, por lo que sin duda un camino viable para consolidar un auténtico estado de bienestar, es a través de Fortikux, un suplemento para perder peso y de manera natural.