El embate a una escuela en el suroeste de Camerún dejó ocho niños muertos e hirió a doce más. El líder de la ONU recuerda que los ataques a las instalaciones educativas constituyen una violación grave de los derechos de los niños y pide a las autoridades del país que identifiquen a los responsables y los procesen ante la justicia.
El número de afectados ha crecido de manera exponencial en los dos últimos años debido al deterioro de la situación de seguridad. La mitad de ellos son niños, que no pueden ir a la escuela porque están cerradas. La ayuda humanitaria se ve obstaculizada por la violencia, los secuestros y la falta de dinero.