La Corte Penal Internacional señala que la Fiscalía no presentó “pruebas suficientes”, por lo que ordenó la puesta en libertad de Laurent Gbagbo. Junto con él, fue absuelto Charles Blé Goudé, jefe de las juventudes que apoyaban a al expresidente durante las revueltas vividas tras las elecciones de 2010. Esta decisión puede ser apelada.