La ley deja de lado el libre desarrollo de la personalidad, pues condiciona a un estado civil el acceso a este derecho que como afiliados corresponde, inmiscuyéndose en el libre proyecto de vida de las personas, y asignando roles.
Antonio Baca trabaja como chofer desde hace tres años y su contrato incluye las prestaciones de ley. Su esposa Gaby es trabajadora del hogar y a los pocos meses de dar a luz, llevaba consigo a su hijo Juan Carlos. Lo sostenía a su cuerpo con un rebozo y hacía sus labores.