La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha desarrollado un nuevo indicador, la brecha de empleo, que incluye a todas las personas en edad de trabajar que están interesadas en encontrar un empleo. Al utilizar este indicador y no la tasa de desempleo, quedan al descubierto desequilibrios de género más acentuados en cuanto al acceso a un oficio y las condiciones laborales.