martes, noviembre 25, 2025

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Plantas nativas: clave para la resiliencia urbana, señalan Mónica Martínez y Melissa Díaz

La bióloga Mónica Erandi Martínez, Maestra en Gestión Ambiental y Desarrollo Sustentable y coordinadora del proyecto educativo Siempreviva.bc, junto con la arquitecta Melissa Lilian Díaz Salazar, egresada de la Universidad de Tijuana CUT y con estudios de posgrado en Administración Integral del Ambiente por El Colegio de la Frontera Norte, compartieron reflexiones sobre la relevancia de los polinizadores, la conservación de plantas nativas y su integración en proyectos arquitectónicos.

Martínez explicó que, aunque comúnmente se asocia la polinización con las abejas, existen muchos otros animales que cumplen esta función vital para la reproducción de las plantas. “Además de las abejas, también participan murciélagos, colibríes, mariposas, polillas nocturnas e incluso hormigas”, señaló. Recordó que la humanidad depende directamente de los productos que generan las plantas y que la conservación de los polinizadores es esencial para mantener los ciclos ecológicos.

En cuanto a las plantas nativas, la bióloga destacó que Baja California posee una diversidad única, con más de dos mil especies registradas, aunque en viveros suelen trabajarse alrededor de treinta ejemplares más comunes. “Las plantas nativas están adaptadas al clima árido de la región, requieren menos agua y mantenimiento, y ofrecen ventajas ecológicas frente a especies introducidas”, puntualizó.

Por su parte, Díaz Salazar compartió su experiencia en el ámbito arquitectónico, donde la incorporación de vegetación nativa enfrenta retos culturales y estéticos. “Estamos acostumbrados a jardines victorianos y a la idea de que todo debe ser verde y florecer todo el año. Sin embargo, los ecosistemas locales muestran otras cualidades que también son bellas y funcionales”, comentó. La arquitecta resaltó que integrar estas especies en proyectos urbanos no solo aporta identidad y resiliencia, sino que también reduce el impacto ambiental.

Ambas especialistas coincidieron en que la educación ambiental y la colaboración interdisciplinaria son claves para transformar la percepción social sobre la flora nativa y los polinizadores. Mientras Martínez impulsa la divulgación a través de Siempreviva.bc, Díaz Salazar promueve la certificación en paisaje nativo como una herramienta para sensibilizar a arquitectos y clientes.

Martínez enfatizó que cualquier persona puede contribuir a la conservación desde su propio hogar. “Si tú quieres establecer un jardín en tu casa, ya sea en maceta o en un metro cuadrado de suelo, puedes hacerlo. Lo ideal es acercarse a los viveros que producen plantas nativas y pedir asesoría sobre sus cuidados. El mejor momento para plantarlas es ahora, cuando comienzan las lluvias y bajan las temperaturas”, explicó.

Díaz Salazar añadió que, desde la arquitectura, existe el concepto de zonificación, que permite destinar espacios específicos para ciertos tipos de plantas bajo condiciones adecuadas. “Las constructoras podrían iniciar con proyectos piloto, dedicando un área a vegetación nativa y trabajando por capas con especies resistentes. Es un primer paso para integrar la biodiversidad local en los desarrollos urbanos”, señaló.

La dimensión educativa también juega un papel central. Martínez compartió que recientemente impartió un taller comunitario en el que enseñaron a sembrar semillas de plantas nativas y ofrecieron recorridos interpretativos por un jardín botánico. “Muchas personas creen que las plantas de Baja California no tienen flores, pero más del 50% sí las tienen, solo que no estamos acostumbrados a reconocerlas. Cambiar esa percepción es clave para generar arraigo cultural y ecológico”, afirmó.

En el ámbito académico, Díaz Salazar reconoció que la formación en paisajismo aún es limitada en la región, lo que dificulta que los estudiantes integren la vegetación nativa en sus proyectos. “Cuando les pido diseñar un jardín, suelen pensar en palmeras y arbustos verdes. Por eso trabajamos con paletas vegetales, nombres científicos y familias botánicas, para que comprendan la riqueza local y la incorporen en sus diseños”, comentó.

Finalmente, Martínez subrayó que establecer un jardín con plantas nativas no solo conserva la flora, sino que también crea refugio para polinizadores amenazados por el crecimiento urbano. “Tenemos abejas nativas muy distintas a las que conocemos por la miel: algunas son negras y grises, otras de color verde tornasol. También mariposas que habitan en los cerros. Si tú plantas en tu casa, estás haciendo conservación urbana, y ese es un término totalmente válido”, concluyó con entusiasmo.

NOTA: la entrevista fue realizada por Isaías Plascencia Rosales y Mónica Peraza Ramirez, en el programa de radio Circunferencias en Espiral a través de Fusión 102.5 FM.

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