En medio del acelerado crecimiento urbano y los desafíos sociales que enfrenta la ciudad, un grupo de ciudadanos ha encontrado en las aves una forma de reconectar con la naturaleza y fomentar la convivencia. Se trata de Alas Silvestres, una comunidad encabezada por Abril Ontiveros, Alex García y Alejandro García, que busca visibilizar la riqueza avifaunística de Tijuana a través de actividades abiertas al público.
El proyecto, que nació de la curiosidad de observar aves desde casa, ha evolucionado en una iniciativa de ciencia ciudadana y educación ambiental. “Me sorprendió descubrir que no solo había gorriones y palomas, sino una gran diversidad de especies”, comenta Abril Ontiveros. “Quisimos compartir esa maravilla con la ciudad”.
Pajareadas: encuentros para observar, aprender y convivir
Entre las actividades más destacadas están las llamadas pajareadas, encuentros en parques, patios o espacios públicos donde los asistentes observan aves, registran sus cantos y comportamientos, y comparten experiencias. “Es una forma divertida y accesible de aprender sobre las aves, sin que parezca una clase formal”, explica Alejandro García. “Queremos que la gente se maraville, se relaje y se conecte”.
Durante estas jornadas se han identificado especies como el halcón peregrino, considerado el animal más rápido del mundo; el senzontle, famoso por imitar sonidos urbanos como ladridos, maullidos e incluso motores; el papamoscas, cazador de insectos; y los colibríes cabeza roja y cabeza morada, endémicos de la región. También se han registrado aves marinas, migratorias y loros branqueros, cada vez más comunes en la ciudad.
¿Hacia dónde va Alas Silvestres?
La comunidad ha comenzado a expandirse. “Nos han invitado a muchos eventos y festivales, y poco a poco se va esparciendo la voz”, comenta Alex García. “Queremos que crezca la comunidad, que los niños puedan decir con certeza: ‘¡Ah, mira, un senzontle!’”.
Uno de los objetivos principales es concientizar a las nuevas generaciones, especialmente en las escuelas. Para ello, Alas Silvestres ha desarrollado una carpa interactiva que se instala en festivales, donde los niños pueden conocer las aves locales de forma lúdica y educativa.
Tijuana: un corredor migratorio de más de 300 especies
Una de las mayores sorpresas para los integrantes del proyecto ha sido descubrir que Tijuana es la ciudad con más especies de aves en todo Baja California. “Lo escuché en una conferencia en El Colef”, relata Alex. “Somos parte de un corredor migratorio que va desde Canadá hasta Argentina. Aves como el zarapito descansan en los plenes de Tijuana antes de continuar su viaje”.
Esta revelación ha reforzado el compromiso del grupo con la divulgación y la protección ambiental. “Así como Tijuana es una ciudad de migrantes, también lo es para las aves”, reflexiona Abril. “Eso me voló la cabeza”.
Historias que inspiran
El impacto de Alas Silvestres va más allá de la observación. La comunidad ha sido acogida con entusiasmo por personas que encuentran en las aves un refugio emocional. “Un joven nos contó que por las noches escucha balazos, pero en la mañana recibe a los pinzones mexicanos en su patio. Ya tiene dos generaciones de aves que cuida como un santuario”, comparte Abril.
También han conocido a personas como un señor en el Cerro de las Abejas, que tiene tecolotes y búhos en su propiedad, y que los invitó a compartir un café mientras hablaban de aves. “Son historias que nos motivan a seguir”, dice Alex. “Nos recuerdan que, incluso en medio de la violencia, hay espacios de paz y belleza”.
