Expertos académicos diseñaron un algoritmo que dará una visión holística a los Gobiernos sobre dónde se deben invertir los recursos para acabar contra este flagelo que afecta a 40 millones de personas en el mundo, en sectores como la agricultura, la minería y el servicio doméstico.
Como cada 25 de marzo, las Naciones Unidas han rendido homenaje a las víctimas de la esclavitud durante el día internacional dedicado a quienes sufrieron este horrendo crimen. También a quienes se resistieron.
El trabajo forzoso afecta principalmente a las mujeres y niñas, que representan el 99 por ciento de las víctimas en la industria sexual comercial y el 58 por ciento en otros sectores, de acuerdo al último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Fundación Walk Free, que estima que más de 40 millones de personas en el mundo fueron víctimas de alguna forma de esclavitud moderna en algún momento de 2016.
Aunque no está definida en la ley, la esclavitud moderna se utiliza como un término general que abarca prácticas como el trabajo forzoso y el matrimonio forzado.
Los informes preparados por los órganos de las Naciones Unidas y las ONG demuestran la persistencia de las viejas formas de esclavitud que subsisten al amparo de creencias y costumbres tradicionales. Esas formas de esclavitud son el resultado de una discriminación arraigada contra los grupos más vulnerables de la sociedad, como las personas consideradas de casta inferior, las minorías tribales y los pueblos indígenas.