Los sitios y campamentos de desplazados son insalubres e inseguros, además de estar superpoblados, lo que aumenta los riesgos de violencia de género, abuso o explotación y enfermedades transmitidas por el agua, señala el fondo de la ONU para la niñez, que reporta actos de violencia sexual contra mujeres y niñas y llama a todas las partes a proteger a los menores de edad.
Un enérgico reclamo especialmente a los tres niveles de gobierno que se han destacado por dejar a las familias migrantes solicitantes de refugio en completo abandono institucional, expuestas no sólo a la inseguridad en una ciudad como Tijuana sino también a padecer la desesperación y angustia de no tener un techo ni alimento que ofrecer a sus hijos e hijas, en el complejo contexto de la crisis por la pandemia de coronavirus.
La directora de UNICEF ha dicho que los recientes informes sobre las condiciones de los niños migrantes en algunas instalaciones de la frontera estadounidense son “macabros”, y que para su agencia es difícil comprender que esto esté sucediendo en un país que ha tenido una historia tan rica como defensor de los niños más vulnerables.
El número de personas que huyen de la guerra, la persecución y los conflictos superó los 70 millones en 2018, el nivel más alto del que ACNUR tiene constancia en sus casi 70 años de historia.
Más de medio millón de personas han huido de sus casas en Centroamérica en lo que va de año y este masivo desplazamiento, provocado por la violencia pandillera y la crisis política y social en Nicaragua, está reduciendo la capacidad de asilo en toda la región, poniendo en riesgo a un número cada vez mayor de individuos y familias, y creando situaciones que ningún país puede abordar por sí solo.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está pidiendo una reunión urgente de los Estados de la región para trazar una acción coordinada para abordar este creciente desafío de desplazamiento de manera efectiva y sostenible
El número de desplazados internos en todo el planeta a finales de 2018 fue el más alto de todos los tiempos con 41,3 millones de personas. La cifra representa un aumento de más de un millón de personas desde finales de 2017 y dos tercios más que la cifra global de refugiados. La violencia y el cambio climático son las causas de esos desplazamientos.