La tijuanense Elizabeth Barajas, emprendedora y rescatista, ha dedicado años a promover una cultura de responsabilidad hacia los animales de compañía. Criada en una familia involucrada en el voluntariado y la historia local, aprendió desde pequeña la importancia de contribuir positivamente a su comunidad.
Graduada de la Universidad Autónoma de Baja California, desarrolló un fuerte espíritu emprendedor influenciado por su familia. Con el tiempo, identificó un problema urgente en la ciudad: la sobrepoblación de perros y gatos en situación de calle, una realidad que afecta a diversas zonas de Tijuana.
Elizabeth señala que hay colonias donde la situación es especialmente grave, como ocurre en Valle Verde, donde la reproducción descontrolada de perros ha generado una sobrepoblación difícil de atender. Explica que, aunque muchas personas quieren ayudar, la falta de esterilización y el abandono siguen alimentando el problema año tras año.
Las mascotas no son regalos: una reflexión necesaria
Cada temporada navideña, Elizabeth observa un patrón doloroso: animales regalados en diciembre que terminan abandonados entre enero y marzo.
Explica que los niños pueden confundir a un perro o gato con un juguete más entre varios regalos, lo que normaliza desecharlo cuando “ya no les gusta”.
Recuerda que perros y gatos están clasificados como seres sintientes, capaces de experimentar dolor emocional. Por ello, recomienda que cualquier adopción sea una decisión consciente, amorosa y a largo plazo.
Una mascota puede vivir 10 a 15 años, e incluso más: “Hay gatitas que llegan a vivir 20 años”, comenta.
Rescatar con límites: ayudar mejor, no más
Elizabeth también hace un llamado a los rescatistas independientes. Aunque el deseo de salvar a todos los animales es comprensible, advierte que la saturación provoca desgaste emocional, falta de recursos y atención insuficiente.
Su consejo es claro:
“Pónganse límites. Ayudar en menor cantidad permite ayudar mejor.”
Explica que un rescate responsable implica rehabilitar, esterilizar y dar en adopción antes de recibir a otro animal. Incluso un solo rescate al año tiene un impacto enorme, pues evita futuras camadas.
Una gata puede tener hasta cuatro partos al año, y algunas entran en celo desde los cuatro meses, lo que multiplica la reproducción de forma acelerada.
Bastet Cat Café: un modelo sostenible de adopción y convivencia
El proyecto más visible de Elizabeth es Bastet Cat Café, un espacio que combina convivencia, adopción responsable y educación comunitaria.
El café inició con 10 a 12 gatos, llegó a tener 20, y en momentos críticos —entre refugios temporales y rescates simultáneos— alcanzó los 100. Esa experiencia le enseñó que rescatar más no siempre significa ayudar mejor.
Actualmente mantienen alrededor de 40 gatos, una cifra que permite brindar atención médica, convivencia y recuperación adecuada.
La interacción humana es parte esencial del proceso:
“La medicación es un porcentaje, pero el amor es lo que realmente los anima.”
El proyecto invita a la comunidad a participar como voluntario, especialmente con gatos en recuperación que requieren compañía y socialización.
¿Dónde está Bastet Cat Café?
Calle Gladiolas 3920, Colonia El Prado, Tijuana
En Google:
Bastet Cat Café
Café de Gatos Tijuana
