Desde Pastor Ortiz, Michoacán, hasta las aulas del CETIS 58 en Tijuana y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), la historia de Ana Miriam González Ramírez es la de una vocación que se sostuvo firme ante las adversidades, y que hoy suma más de tres décadas de entrega a la docencia. Su trayectoria es testimonio de que la vocación, cuando se cultiva con pasión y disciplina, puede transformar vidas y comunidades.
🏫 Origen y vocación temprana
Nacida en Pastor Ortiz, Michoacán, Ana Miriam creció en un entorno familiar marcado por la vocación magisterial. Su madre, amante de la lectura, la poesía y la filosofía, sembró en ella el gusto por las letras y el pensamiento crítico. Aunque no logró ingresar directamente a la normal tras la secundaria, su deseo de ser maestra nunca se extinguió: “Yo nunca dejé esa idea de ser maestra. Mi mamá lo era, y ya ella nos había como… pues, habituado a las letras, a la lectura. También le daba por la filosofía, la poesía.”
La preparatoria fue el espacio donde descubrió su afinidad por la filosofía, disciplina que marcaría su rumbo profesional: “En la prepa llevé la materia de filosofía, entonces ahí hice como un clic y dije: bueno, pues voy a estudiar filosofía. Y un día voy a ser maestra de filosofía o de letras.”
🎓 Formación académica
En 1986 ingresó a la recién fundada Escuela de Humanidades de la UABC, siendo parte de la primera generación de la licenciatura en Filosofía: “Ingresamos 36 al grupo, terminamos 12 en 1990.” Durante sus estudios trabajó como secretaria en la Técnica Uno, combinando trabajo y formación con determinación.
Posteriormente cursó una maestría en Pedagogía en la UNAM y una especialidad en Docencia en la UABC, buscando siempre perfeccionar su práctica educativa: “Como no soy maestra de formación, siempre me gustó buscar las maneras de cómo enseñar lo que yo pensaba que me podía ayudar.”
👩🏫 Inicios en la docencia
Su carrera docente comenzó en 1991 en la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas. En 1993, tras una invitación de la maestra Edith Lechuga, se integró a la Escuela de Humanidades de la UABC y, poco después, al CETis 58: “Con todo el miedo del mundo, pues yo la admiraba. Era una de mis maestras que más admiré… entonces se me hizo muy difícil decirle que no. Y dije: bueno, pues ni modo.”
Aunque su formación era filosófica, las letras siempre fueron un “accidente muy mágico” en su vida, y encontró en ellas un canal para conectar con sus estudiantes.
🏫 Evolución del CETIS 58
Ana Miriam ha sido testigo de la transformación del CETIS 58 desde sus años más informales hasta convertirse en un plantel reconocido por su disciplina y nivel académico: “Era como que el que iba pasando, ven, inscríbete. Teníamos gente grande… algunos, yo no sé, no quiero usar la palabra, pero yo les decía: parecen unos cholos que vinieron a estudiar.”
Con la llegada de directivos comprometidos, se instauró una cultura de orden y exigencia que elevó el prestigio del plantel: “Los maestros también, nos pusimos todos en un mismo tono de ayudar. Esta escuela siempre ha sido… bueno, fue, en aquel tiempo, de maestros comprometidos que daban más de su tiempo.”
🎤 De las letras a la oratoria: una etapa de compromiso cultural
En 2005, la maestra Hilda Ramos le confió la preparación de los alumnos para los concursos de arte y cultura. Aunque al principio sintió incertidumbre, su formación familiar y sensibilidad artística la guiaron: “Me dijo: Ana Miriam, pues yo me voy a hacer el doctorado, y usted se encarga de las concursantes. ¿Cómo le voy a hacer?”
Ese mismo año acompañó por primera vez a estudiantes al Encuentro Nacional de Arte y Cultura (ENAC), y desde entonces, durante más de una década, se convirtió en referente en la preparación de jóvenes oradores: “Me gustó tanto… estar dos días completos, todo el día, escuchando a las 32 concursantes de declamación y las 32 de oratoria… te tiene que gustar.”
Entre 2006 y 2018, sus alumnos destacaron en concursos locales y nacionales. En 2019, tras una competencia reñida, decidió retirarse de la preparación formal: “Un maestro que siempre me decía que quería ganarle al CETis 58… y lo logró. Entonces creo que ahí fue cuando ya… me jubilé de estar preparando así completamente.”
📖 Fomento a la lectura: sembrando el hábito desde la emoción
Durante la pandemia, Ana Miriam fue asignada al Programa Nacional de Fomento a la Lectura (PRONAFOLE), que continuó posteriormente con círculos de lectura presenciales: “Nos dan autores por mes, para que los muchachos lean… pueden hacer desde poemas, que ellos saquen todo eso que traen, todas las letras que traen por ahí atoradas.”
Su estrategia es clara: iniciar con cuentos cortos de autores clásicos para evitar el rechazo inicial, y luego avanzar hacia textos más complejos: “A mí me gusta ponerlos a leer cuento de autores clásicos… que lean cuento corto para que no les parezca aburrido.”
Entre sus favoritos están Juan Rulfo, Horacio Quiroga, Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Bruno Traven y Carlos Fuentes. También promueve autores contemporáneos como Mónica Lavín, José Emilio Pacheco y Cristina Pacheco: “José Emilio Pacheco habla el lenguaje de los jóvenes… profe, aquí dice groserías… ustedes dicen unas peores que José Emilio Pacheco.”
🧠 Reflexión generacional y vocación docente
La maestra reconoce que los tiempos han cambiado. Las redes sociales y los múltiples distractores han modificado el interés de los jóvenes por las disciplinas artísticas y culturales: “Los distraen mucho las redes… ya no se interesan tanto por ese arte que había antes.”
Desde su experiencia, aconseja a las nuevas generaciones de docentes que sean observadores, analíticos y humildes: “Yo soy una docente que siempre me ha encantado el aula. Para mí el aula es el paraíso. Nunca he querido una coordinación o una jefatura.”
Y concluye con una recomendación esencial para quienes inician en la docencia: “Si no son maestros de profesión, hay que preocuparse por esa parte… aprender esas técnicas para poder interactuar epistemológicamente con los alumnos.”
🌟 Legado activo
Ana Miriam González Ramírez no solo ha sido testigo de la evolución del CETIS 58, sino protagonista activa de su consolidación como institución académica y cultural. Su historia es la de una maestra que ha sabido adaptarse, innovar y mantenerse fiel a su vocación, dejando huella en cada generación que ha pasado por sus clases.
Su legado continúa, no solo en los libros que recomienda o los concursos que impulsó, sino en cada estudiante que descubrió el poder de la palabra, el valor de la lectura y la belleza de pensar con profundidad.
Entrevista realizada por Isaías Plascencia Rosales, director del medio informativo CiudadTijuana

















