El psicólogo Juan Gastelum, director del Centro de Tratamiento Integral Padre Jaime Lares A.C., explica cómo la nueva administración apuesta por un modelo distinto de atención a las adicciones, basado en la sanación mental, física y espiritual, con el acompañamiento de la familia y redes de apoyo.
A dos meses de iniciar la administración del centro, Gastelum subraya que el proceso de recuperación es largo y sin tiempos definidos. La clave, afirma, está en cortar círculos sociales tóxicos y fortalecer redes de apoyo como grupos comunitarios, iglesias o asociaciones de ayuda mutua.
En el plano psicológico, los pacientes aprenden a sanar y perdonar, recuperar la dignidad perdida y romper patrones de dolor heredados de generación en generación. En el aspecto físico, reciben medicamentos seguros que acompañan su proceso de recuperación. Y en el ámbito espiritual, se respetan todas las creencias religiosas, pero se refuerza la idea de un creador que ama y da propósito de vida.
La participación de la familia es esencial. Gastelum advierte que comentarios despectivos pueden frenar el avance de los pacientes y recomienda que los familiares también reciban terapia para enfrentar la codependencia. “Solo un 10% logra una recuperación completa, por eso el apoyo moral y afectivo es vital”, señaló.
Actualmente, el centro atiende a 11 pacientes, con capacidad para 50 hombres mayores de 18 años. Sus cuotas son accesibles y se planea la creación de un huerto para que los internos tengan contacto con la naturaleza. “No tenemos prisa por que salgan a trabajar; primero deben sanar como personas y sentirse amados”, enfatizó Gastelum.
El centro atiende diversas adicciones —desde sustancias hasta conductas compulsivas como el juego o las compras— y cuenta con un equipo multidisciplinario de profesionales en salud mental, física y espiritual. Gastelum subrayó que nadie está exento de tener una adicción, pues estas no respetan edad, género, posición social ni nivel de estudios. Muchas de las personas que llegan al centro tuvieron una carrera, un negocio o una familia, pero las adicciones truncaron ese camino. “Lo normal es que alguien crezca con valores, estudie, se prepare, forme una familia; sin embargo, las adicciones interrumpen ese proceso. Nuestra misión es ayudarles a sanar y recuperar lo que quedó detenido en su vida”, afirmó.
Además, el Centro Padre Jaime Lares recibe con gratitud donaciones de cobijas, sábanas en buen estado y alimentos. Aunque en ocasiones reciben más de lo necesario, esas bendiciones se comparten con otros centros de asistencia, fortaleciendo la red comunitaria de apoyo.
Ubicación: Calle Camino Vecinal 10168-1, Fraccionamiento La Jolla, La Gloria, Tijuana.
Teléfono: 664 296 2546
Correo: centro.padrejaimelares@gmail.com
