Con el fin de generar conciencia sobre el impacto de las anomalías congénitas, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), junto a otras 11 organizaciones líderes en salud global, promueven la conmemoración del Día Mundial de los Defectos de Nacimiento cada 3 de marzo.
UNICEF estima que durante el día de año nuevo nacerán más de 392.000 bebés en el mundo, más de la mitad de ellos en ocho países. Sin embargo, el nacimiento de este importante número de niños contrasta con los 2,5 millones que murieron durante su primer mes de vida el año 2018.
La Organización Mundial de la Salud ha publicado, por primera vez, recomendaciones sobre el tiempo que los niños pequeños pueden pasar viendo la televisión o jugando con un celular, cuánto ejercicio físico deben hacer y cuántas horas deben dormir.
Una cuarta parte de todos los bebés que nacieron el 1 de enero de 2019 lo hicieron en el sudeste asiático. UNICEF recuerda que un millón de niños no pasan su primer día de vida y la mayoría mueren por causas que se podrían evitar con poco dinero.
La cifra total de menores de quince años fallecidos cuyas muertes podían haberse evitado 2017 ascendió a 6,3 millones en 2017. De no tomarse medidas urgentes, entre el 2018 y el 2030 morirán 56 millones de menores, la mitad de ellos recién nacidos. Pese a estas cifras, cada año hay menos muertes infantiles en todo el mundo.
De los aproximadamente 386.000 bebés que nacieron durante el primero de enero, un 90% lo hicieron en las regiones menos desarrolladas del mundo, según cálculos del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).