Tras perder la esperanza de un futuro mejor y sufrir abusos en su trayecto migratorio, los niños deportados desde Estados Unidos y México regresan a sus países con profundos traumas por haber sido detenidos y a veces separados de sus familias. A muchos les espera una situación de pobreza más profunda y el riesgo de ser asesinados por los mismos de quienes huían.
La mexicana Maru Mora Villalpando se enfrenta a un proceso de expulsión tras denunciar presuntas violaciones de los derechos humanos en un centro de detención de inmigrantes gestionado por una empresa privada que opera en nombre del Gobierno estadounidense.