La invasión rusa en Ucrania se acerca a los mil días durante los cuales han muerto unos 12.000 civiles, la capacidad energética del país ha llegado al borde del colapso y los drones aterrorizan a las comunidades en la línea del frente, dijo este viernes el responsable de la ONU para la Ayuda Humanitaria en Ucrania.
En conferencia de prensa en Ginebra, Matthias Schmale refirió la angustia de los ucranianos ante la proximidad del invierno y de la marca de los mil días.
Schmale señaló que la infraestructura civil ha sido diezmada “con más de 2000 ataques a instalaciones de atención médica y dos millones de hogares dañados”.
Sin combustible para calentarse
Además, cerca del 40% de la población necesita asistencia humanitaria y una de las preocupaciones más urgentes es la de las personas que viven en edificios de gran altura, que enfrentarán su tercer invierno consecutivo sin calefacción debido a los “ataques sistemáticos” a la infraestructura energética.
“A estas alturas, el 65% de la capacidad de producción de energía de Ucrania ha sido destruida”, reportó Schmale, y agregó que, cuando es posible, los equipos de ayuda de la ONU y sus socios entregan combustible sólido y ropa de abrigo a las comunidades vulnerables. Aclaró, no obstante, que la situación es más precaria para las personas que viven en edificios de departamentos.
“Evidentemente, no se puede entregar una tonelada de combustible sólido a un edificio de gran altura”, explicó, añadiendo que los refugios colectivos en ciudades y pueblos que proporcionan comidas, duchas y bebidas caliente ayudan, pero no son suficientes.
Una de las mayores preocupaciones en Ucrania es que las fuerzas rusas vuelvan a atacar el sector energético antes de que se recrudezca el frío.
En este sentido, el funcionario advirtió que la llegada del invierno podría provocar un mayor desplazamiento dentro y fuera de Ucrania.
Por esta razón, instó a la comunidad internacional “a que haga su parte para detener la guerra”.
Atender las necesidades del invierno requiere más recursos
La ayuda humanitaria de la ONU, sus socios y ONG han asistido de alguna manera a 7,2 millones de personas en Ucrania gracias a los 1800 dólares recibidos de los donantes para la respuesta humanitaria a la crisis.
Pero esos fondos son finitos y los organismos de socorro precisan ahora 500 millones de dólares para prepararse para el invierno y atender hasta marzo las necesidades básicas de 1,8 millones de personas suministrando combustible sólido, garantizando que los sistemas de agua sigan funcionando y brindándoles ayuda en efectivo.
La ONU ha destacado el peligro que acecha a las comunidades y trabajadores humanitarios en la primera línea. Este año han muerto nueve de ellos mientras desempeñaban su labor. Las instalaciones humanitarias también han sido dañadas.
Terror generado por los drones
Durante sus declaraciones a la prensa, Schmale insistió en el miedo que generan los drones entre la población.
“Muchas personas me han dicho en mis visitas que sienten que los civiles, la infraestructura y la sociedad civiles son cada vez más el blanco de los ataques con drones; y los ataques con drones son terribles”, dijo, y subrayó que se trata de un terror psicológico, porque nunca se sabe con certeza si atacarán o simplemente están observando.
Con respecto al resultado de las elecciones en Estados Unidos, destacó el deseo del Secretario General de la ONU de que se mantenga el apoyo humanitario estadounidense a Ucrania. “Han sido, con diferencia, nuestro mayor apoyo individual (…) La esperanza es que comprendan, como la administración actual, que hay enormes necesidades humanitarias que debemos seguir atendiendo”, abundó al responder a una pregunta sobre el tema.