La fístula obstétrica es un agujero entre el canal de parto y la vejiga o el recto causado por la labor de parto prolongada y obstruida sin acceso a un tratamiento médico oportuno y de alta calidad. La fístula obstétrica deja a las mujeres y niñas con incontinencia urinaria o fecal, o ambas cosas, y a menudo da lugar a problemas médicos crónicos, depresión, aislamiento social y pobreza cada vez más profunda. El 90 % de los embarazos que involucran fístula terminan en mortinato.
El COVID-19 tendrá un impacto catastrófico para millones de mujeres. La falta de anticonceptivos provocará embarazos no queridos. Además, habrá un aumento de la violencia de género, los matrimonios infantiles y la mutilación femenina. Los países deben protegerlas.
Desde el 28 de diciembre de 2019, las disputas entre comunidades en los campamentos para desplazados internos han obligado a huir a más de 40.000 personas, de las cuales aproximadamente 10.800 son mujeres, alrededor de 3500 están embarazadas y 7000 a punto de dar a luz.
En la dinámica demográfica del país hasta hace una década las adolescentes de 15 a 19 años de edad eran el único grupo de mujeres en el que incrementaban los embarazos, por primera vez en 2018 las estadísticas mostraron un descenso de la tasa de fecundidad adolescente pero aún existen retos para asegurarles un plan de vida que no esté centrado en la maternidad, indicó el doctor Carlos Javier Echarri Cánovas.
El dictamen avalado previamente por la Comisión de Trabajo y Previsión Social, establece que las madres trabajadoras tendrán derecho a disfrutar de un descanso de siete semanas anteriores y siete posteriores al parto.
Con el objetivo principal de incentivar el uso responsable de métodos anticonceptivos y así coadyuvar a prevenir Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y evitar embarazos no deseados, la Fundación para el Cuidado del Sida propuso establecer el 13 de febrero de 2012 como el “Día Internacional del Condón”, que fue acogido por 31 países, entre ellos, México.