Los recientes enfrentamientos violentos entre grupos armados en el Área Administrativa del Gran Pibor han provocado el desplazamiento de unas 30.000 personas, informó este jueves la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Es evidente que tanto el Gobierno como las fuerzas de la oposición han utilizado deliberadamente la inanición de civiles como método de guerra, a veces para castigar a las comunidades que no eran afines, concluye un grupo que investigó la situación y encontró posibles crímenes de lesa humanidad.
Además del dolor de las víctimas y, además, de suponer una amenaza a la seguridad colectiva, sus efectos pueden repercutir en las generaciones a través del trauma, el estigma, la pobreza, los problemas de salud a largo plazo y los embarazos no deseados.
Los conflictos en curso en Yemen y en el África subsahariana continúan forzando la huida de más gente hacia Egipto. En los dos últimos años, el número de refugiados y solicitantes de asilo registrados en Egipto ha aumentado un 24%.
Pese al acuerdo de paz firmado en octubre, continúa la violencia en el país africano, especialmente la ejercida contra las mujeres, en lo que podría constituir crímenes de guerra. También persiste la apropiación indebida de los recursos naturales, especialmente del petróleo.
Niñas de ocho años y mujeres embarazadas hasta de 9 meses están entre los cientos de víctimas de milicias armadas y las mismas fuerzas de seguridad en el estado de Unity, que las violan brutal y repetidamente y las golpean con culatas de rifle, palos y hasta cables. La ONU pide acción del Gobierno y las autoridades locales para acabar con estos despreciables crímenes.
El Consejo de Derechos Humanos escucha las últimas violaciones de los derechos y libertades fundamentales en el país africano, que vive un conflicto que dura ya cinco años. Las mujeres y las niñas se encuentran entre los más vulnerables. Además, seis millones de personas afrontan una “desesperada” escasez de alimentos.