Escrito por Arantza Díaz + CIMAC
En el cine de terror las mujeres oscilan en dos variantes: La víctima que nace desde la pasividad o bien, la figura sacada de una pesadilla y que ha aparecido para atormentar, asesinar y perseguir. Dentro de esta última representación, hay múltiples cuestionamientos sobre el rol activo que toman los espectros feminizados en el cine y cómo podemos ir más allá, cuestionando el contenido siempre, pero también, haciéndolo un terreno propio para las mujeres quienes también son bestiales, astutas e iracundas.
Haciendo un recorrido por el cine comercial de las últimas décadas se encuentran más vestigios de esto, por ejemplo, se puede encontrar a mujeres como La Huérfana película del 2009, Mamá del 2012 o La Monja del 2018. El hilo conductor de estas personajes es que cumplen con roles protagónicos; son madres, viudas, mujeres vestidas de novia, huérfanas, monjas e incluso, abuelas.
De este último apunte, se debe recordar el hagsploitation, un género del cine de terror que es distintivo de otros, pues tiene por protagonistas a mujeres mayores que, por cuestiones diversas, como la viudez, la soledad, el temor a envejecer o la tristeza de no haber contraído matrimonio, las transforma en protagonistas torcidas capaces de cometer cualquier atrocidad.
Bajo este paraguas de adultas mayores demonizadas que rechazan el envejecimiento o figuras femeninas espectrales que inundan las carteleras del cine, Cimacnoticias entrevistó a Sonia Herrera, crítica audiovisual especializada en estudios feministas para deshilar de dónde viene esto y también, poner en jaque cómo disfrutar de estas películas; no más desde la instrumentalización femenina, sino como una apropiación en el género del terror.
Mujeres protagonistas en el terror
Hablar de esto no es particularmente, de hecho, Sonia Herrera advierte que muchas historiadoras y filólogas se han acercado a estas mismas preguntas, pues las mujeres como representación monstruosa ha estado siempre presente, no sólo en el cine.
En un paréntesis, hay que mencionar a las leyendas mexicanas donde, de nueva cuenta, muchas son mujeres; mujeres víctimas de violencia como La Quemada, La Planchada o la misma Llorona. Por donde se mire, las mujeres han tenido un rol protagónico cuando se habla de terror y representan el ápice de todo aquello que es indeseable, como por ejemplo, una mala madre o una mala cuidadora -como la planchada-.
La especialista acota otras expresiones donde las mujeres juegan un rol protagónico, como en la pintura o en la literatura. Pero ¿de dónde vienen estas apariciones? Desde su perspectiva, no hay secreto oculto en apuntar a que estas figuras vienen de una construcción patriarcal que funge como una advertencia; una advertencia para aquellas que se atreven a salir de los confines del hogar. Siendo un ejemplo muy claro de esto las brujas, rebeldes, irreverentes y llenas de poder.
«Las brujas eran mujeres que tenían conocimientos muy amplios sobre medicina, salud sexual y reproductiva (…) el conocimiento era poder y criminizarlas era la forma de expropiarlas de su conocimiento, se generaba miedo a la libertad y yo creo que lo del cine de terror termina siendo una traducción de todo esto, de seguir generando miedo a través de estos imaginarios», dice Sonia Herrera.
Y aunque se quisiera tener respuestas a todas las indagatorias de por qué la mujer puede producir tanto terror -siendo una monja o una abuela-, la especialista explica que es cierto que la figura de la mujer se amplía a diversos escenarios y que aún queda pendiente hacer un análisis más profundo sobre de dónde proviene este temor, pero es precisamente en esta incógnita que se puede llenar de nuevas respuestas y alternativas, como por ejemplo, valorar el papel activo de estas figuras y derrocar el otro polo; un polo violento en el cine de terror donde la mujer es víctima de brutales feminicidios.
En la segunda ola del feminismo, la teórica feminista de cine Laura Mulvey comenzó a cuestionar cómo se relacionaba el patriarcado con las películas. Así, en 1975 escribió:
«La mirada masculina determinante proyecta sus fantasías sobre la figura femenina que se organiza de acuerdo con aquella. En su tradicional papel exhibicionista, las mujeres son a la vez miradas y exhibidas con su apariencia codificada para causar un fuerte impacto visual y erótico»
Al hablar sobre esta idea de la mirada patriarcal, Sonia Herrera explica que si bien estos cuestionamientos fueron una base sólida hace varias décadas, hoy en día, podemos alejarnos de este discurso y apostar, como ya se advertía, por una apropiación cultural y revolucionaria. No porque el patriarcado no lo atraviese todo, sino más bien, porque debemos de convertir a los hombres -directores y guionistas en el centro de toda discusión.
» Nos empuja a la necesidad de despatologizar un poco esa misma teoría fílmica, parece que todo lo que se crea y se genera tiene que ver con la mirada amsculina. No es como que no hubiera habido un crecimiento muy interesante respecto a las espectadoras, me chirria un poco esta idea de que todos los personajes de mujeres asesinas estén ligados a los deseos masculinos o un deseo oscuro de los hombres, me parece simplista el discurso (…) Yo no veo más una cuestión de pobrecitas, están bajo la mirada masculina», explica la especialista.
Y es que, no es necesario tirar de ninguna estadística ni artículo rebuscado que sostenga que, en el cine de terror, las mujeres la pasan mal. Aquí sólo hay dos espacios: Víctima y victimaria. ¿Y qué pasa con los lugares que están en medio?: No, de esos ni hablar, dice Sonia, las mujeres no son las que resuelven (los enigmas), ni salvan.
«Sólo basta con ver cualquier película y ver quiénes son mayoritariamente las víctimas y quienes son los agresores, que, estábamos hablando de eso, de las malas y las villanas, pero no somos tantas si las comparamos con los personajes masculinos que llevamos viendo durante toda la vida.
Se nos ha relegado a la categoría de víctima y a la de monstruo con una vocación disciplinadora, pensando en Rita Segato, es una advertencia para las mujeres que quiebran las leyes. Y entonces, esas categorías de quién resuelve, ocupamos mucho menos.»
Y así, desde una mirada que podría parecer poco política, nace, en realidad, una revolución en la forma en que consumimos el cine. No es urgente continuar señalando a los hombres, ni a los guionistas, pero sí, nombrar a las mujeres que están escribiendo y haciendo cine, así como mirar el poder que tienen protagonistas como Toni Collete como Annie Graham en «Hereditary» .
Desde Cimacnoticias, se le preguntó a Sonia Herrera qué películas y series están en su cajón de predilectas; contenido que, para ella, transforma por completo estas narrativas espectrales y se vuelve en algo completamente subersivo.
- Cerdita dirigida por Carla Pereda: Thriller lanzado en 2022 y protagonizada por Laura Galán, este filme explora la violencia, la gordofobia, la agresión sexual y una encrucijada que extiende la tensión de principio a fin.
- Una chica vuelve a casa sola de noche: Dirigida por Ana Lily Amirpour y protagonizada por Sheila Vand, esta película del 2014 sigue a una joven vampiresa que vaga por una fantasmal ciudad iraní.
- Buffy, la cazavampiros: Serie estadounidense dirigida por Joss Whedon y lanzada en 1997, este material tiene por narrativa seguir a las Buffy Summers, 4 mujeres jovenes que luchan contra fuerzas sobrenaturales y el oscurantismo.