Hoy, mientras prendía mi vela de cítricos con canela y daba gracias por este nuevo mes diez del año recordé que, octubre corresponde a un número perfecto donde se cierran y abren nuevos ciclos. El agradecimiento toma sentido cuando es intencionado y planificado.
Octubre corresponde a la estación de dejar ir, abrir los brazos y expandir nuestra esencia. Es como darnos permiso de reinventarnos mientras pisamos las hojas de arce secas, crujientes y coloridas con olor a tierra, sueños cumplidos y oportunidad.
Este mes diez se considera como el reflejo de lo que será el siguiente año porque nuestros mejores proyectos nacieron y los nuevos están en el horno para ser soltados al universo en enero.
Mientras pensaba en mi propia existencia me vino una pregunta: ¿cuántas Navidades me quedan por celebrar?
_ ¡Sí! esa constante visión del ser y hacer que tenemos los tanatólogos…
El desarrollo humano no cuenta el tiempo cronológicamente sino por el número de eventos especiales como por ejemplo: cumpleaños, aniversarios, fiestas, ritos, costumbres, Navidad, Hanukkah y Ramadam.
Luego entonces, empecé a reflexionar dentro de los tipos de muertes y puse mi atención en la Muerte Esperada, la cual aborda la enfermedad, la vejez y el suicidio.
- Ya te imagino con cara de -what?- acerca del suicidio…
El suicida normalmente avisa mi querido lector. En cambio, hablando de una enfermedad terminal o la vejez, se consideran como el gran finale, es decir, la muerte natural.
Aunque no menos doloroso será el tipo de duelo que podemos enfrentar como el normal, el anticipado, el crónico y el oculto. Todo depende del vínculo que se haya desarrollado con la persona doliente.
Así pues que como no somos el dios Odin o cíclopes para saber nuestra fecha de caducidad te propongo trabajar y diseñarte en ser inolvidable y extrañable cada día.
Con cariño para ti que eres especial y esencial en el mundo.